Cuevas con encanto. La Cuevona
08/01/2016

En el concejo de Ribadesella se encuentra el pueblo de Cuevas del Agua, un sitio al que sólo se puede entrar a través de un camino que atraviesa una vistosa cueva (la Cuevona) junto a un arroyo.

La Cuevona de Cuevas del Agua (no confundir con la Cuevona de Ardines), es uno de los escasos ejemplos mundiales de cavidades por las que serpentea el asfalto.

La grandiosidad de sus bóvedas, iluminadas para mayor satisfacción de conductor y acompañantes, y los cerca de 300 metros de recorrido conceden una sensación desconocida frente al volante. Es fácil deducir que esta inmensa caverna ha sido desde siempre el único acceso a la aldea de Cuevas del Agua. Un paso que anteriormente discurría por un vial habilitado por los vecinos, y que la modernidad y la urgencia de las comunicaciones, convirtió en el último tramo de una carretera local que muere poco después de atravesar la cueva.

Esta cueva de formación kárstica nos ofrece en sus escasos 300 m de recorrido la oportunidad de disfrutar de un singular y magnífico espectáculo, contemplando las formaciones calcáreas que forman el paisaje interno de la cueva, destacando algunas de ellas con nombre propio la lengua del diablo, las barbas de Santiago o las estalactitas de bandera.

Lo más importante es saber valorar la importancia de este sitio por la flora que habita la Cuevona. Algas, hongos, líquenes, musgos y hasta helechos encontraron en los extremos que se asoman  más al exterior un hogar único. Asimismo, dentro de la fauna propia se encuentra la salamandra ciega, especies particulares de ranas y murciélagos (que ya no moran en su interior porque no les agrada la invasión humana.) Una biodiversidad particular que es preciso conocer y también cuidar. Una buena opción para conocer uno de los pueblos más curiosos de España.

El trayecto se convertirá en una experiencia maravillosa, teniendo que andar junto al arroyo que  fluye dentro de la cueva. Puedes hacerlo en coche pero lo aconsejable dejarlo en el estacionamiento, justo antes de llegar hasta la cueva, e ir caminando por el camino para disfrutarla más. Al hacer la travesía andando, es aconsejable portar elementos que nos hagan visibles a los vehículos que la cruzan, tales como ropa reflectante, un frontal o linterna nos permitirán inspeccionar los rincones más oscuros en busca de los habitantes de la cueva.

Extracto de la información que podemos complementar en: Porsolea


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